viernes, 30 de marzo de 2012

Ventajas y Desventajas del sexo casual

Tener una pareja de esas en donde de común acuerdo sólo importa el placer y nada más puede parecer muy conveniente. No hay que lidiar con asuntos como los celos y esas cosas... aunque, aguas: en una de esas, hay situaciones que no has contemplado.

 Ventajas:

- No tienes que cumplir meses y celebrar esas jaladas.
- El sexo es más descarado y desinhibido porque ninguno de los dos pretende quedar bien con el otro.
- Pueden verse una vez a la semana o una vez cada mes. No hay tiempos obligados. El tiempo es tuyo.
- No tienes que ir a los molestos compromisos sociales que tanto odias.

- No te tienes que desvivir investigando qué significa ese “no tengo nada”.

- No tienes que saber cuándo es su cumpleaños o cuál es su color favorito.
- No tienes que dormir con esa persona. En cuanto el sexo termina puedes decirle: “cada chango a su mecate”.
- No es necesario que la/lo lleves a casa. Olvídate de esa vuelta innecesaria.
- No tienes que dar explicaciones de quién es ese(a) amigo(a) tan misterioso(a) y cariñoso(a).
- Puedes ligarte con quien quieras y donde sea. No estás poniendo el cuerno.
- Satisfacción sin complicaciones.
- Es claro que los dos se utilizan y eso hace todo más fácil.
- Puedes experimentar cosas rarísimas y no te importa qué pensará de ti. Si quieres no lo/la vuelves a ver y listo.
-  Se vale decir qué está haciendo mal durante el sexo. Además puedes corregirlo(a) sin piedad alguna.
- Ahorras dinero. No tienes que invertir dinero en conquistarlo(a).
- No hay cursilerías.
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Desventajas:

- Si estás deprimido no puedes llamar a tu pareja de sexo casual para que te consuele y consienta.
- Siempre tienes que estar rasurado y presentable, no tienes la confianza que tendrías con una pareja.

- Siempre hay el riesgo de que te toque un pésimo amante en la cama.

- Si te dan celos de alguien más no puedes decir nada al respecto.
- Si te urge un acompañante para una boda no puedes llevar a el/la susodicho(a) porque no quieres involucrarte demasiado.
- Siempre se corre el riesgo de que uno de los dos se enamore.
- En cualquier momento te salen con un: “ya tengo novio(a), bye”.
- Si se te ocurre el terrible error de tener sexo sin protección, corres riesgos severos.
- No siempre están disponibles para tus necesidades. Con la mano en la cintura te pueden decir que no y tú te aguantas, no hay más.
- Les vale lo que sientas o piensas.
- Puede resultar amigo(a) de algún amigo y tendrás que verle la cara siempre.
- Si tienes ganas de una larga plática, no pasará.
- Hay veces que tanto sexo, con tantas personas diferentes, crea un vacío existencial.
- Eres blanco fácil de chantajes y extorsiones.
- Si te echas a alguien, que al siguiente día ves espantoso, te entra un malviaje horrible.
- Como el mundo es un huevo, corres el riesgo de que alguien, en algún momento, haya sido también su “sexo casual” y que tú seas amigo de éste(a).
- Si en un futuro te gusta alguno de sus amigos(as), te la pelaste. Seguramente el amigo sabrá que te acostaste con esa persona.
- Si se te ocurre el tontísimo error de agregarlo(a) a Facebook o Twitter y, comenta con alguna insinuación, todo el mundo estará informado de que te lo(a) andas echando.
- Si te encuentras con esa persona en una fiesta, sentirá que tiene derechos o tú te sentirás obligado, a por lo menos, pasar un rato con él/ella.
- No puedes contarle tu vida entera, podría no ser de confianza.

miércoles, 14 de marzo de 2012

Así morimos en Chilangolandia


Porque para nosotros la muerte tiene muchos nombres, y otros muchos modos de referirnos a ella.



Chupar faros: Durante la Revolución, cuando iban a fusilar a alguien, le preguntaban si quería un último deseo. Éste era normalmente fumarse un cigarro. Y fumaban faros
Cuajarse: Tal como la gelatina que se endurece.
Dar el chingadaso: O sea, el último; el definitivo.
Estirar la pata: Una alusión al rigor mortis.
Felparse: Quedar como tapete de felpa.
Irse de minero: Es decir, bajo tierra.
Llevárselo Dios pa' su rancho: No precisamente a ordeñar vacas sagradas.
Pasar a mejor vida: La nuestra no es sino un ''valle de lágrimas''.
Pasar a abonar el pasto: Porque morir no tiene por qué no ser ecológico.
Pelar el gallo: En el viejo caló del hampa era huir, y como dicen: ''Quien se pela, pela el gallo''. También se pueden pelar los ojos o los dientes.
Petatearse: O ser envuelto en el petate, donde antes envolvían a los muertos.
Ponerse el traje de madera: Ese que nos hicieron a la medida.
Quedarse tieso: Sin albur.
Chupárselo la bruja: Sinónimo: ya se lo cargó el payaso; o bien, ya se lo llevó... ¿la muerte?
Colgar los tenis: Preocuparse por no dejar nada fuera de lugar, ni siquiera los tenis.
Llevárselo la niña blanca: Porque hasta a la hora de la muerte somos racistas.
Salir con los pies por delante: Porque morir no significa que debamos convertirnos en acróbatas.
Guiñarle el ojo la huesuda: Si es que te gustan anoréxicas.
Irse a otro barrio: Uno desconocido. ''Porque nadie ha muerto y regresado para contarlo''.
Entregar el equipo: Tendría que ser el templo, porque ''vuestro cuerpo es un santuario''. Decir equipo es más corrientón.
Bailó con la más flaca: Y lo bailado ya nadie se lo va a quitar.

miércoles, 7 de marzo de 2012

Frases Culinarias


Ignoramos si fue nuestra vasta gastronomía o nuestra perenne hambre la que dio lugar a estas expresiones.


Ajonjolí de todos los moles: don de la ubicuidad en los convites.
A medios chiles: ni verde ni rojo.
Aquí mis chicharrones truenan: zona específica donde los crujidos propios resuenan.
Bajarse por los chescos: descenso en pro de un grato chupe.
Comerse la torta antes del recreo: creencia que erróneamente disocia dos conceptos idénticos: comerse la torta es el recreo.
Chícharo en bandeja/cacerola: desproporción entre un entorno macro y un asunto micro.
De chile, de dulce y de manteca: (matemáticas) en Teoría de los Conjuntos, ecuación donde el tamal pertenece a un conjunto aleatorio de elementos incompatibles.
De lengua me como un taco: deglución gourmet del verbo ajeno.
Echarse un taco de ojo: degustación visual del manjar ajeno.
En su mero mole: satisfacción exacta de una manía individual.
Hablar al chile: netear sin rajas.
Hacer de tripas corazón: resistir con resignación un entripado cardiaco.
Hacer de chivo los tamales: engañar con la carne.
Hacerla de jamón: incitar a los tortazos.
Hijo de la guayaba/tostada: todos menos yo y mis hermanos.
Naranjas de Paraguay: diagnóstico de disfunción eréctil.
O son peras o son manzanas: disyuntiva entre pomáceas excluyentes.
Partir la mandarina en gajos: devastar con los puños a un cítrico, perdón, a un crítico.
Pasarse de tueste: mancharse con la quemadora.
Pepita en comal: brincar como en un tumbling ardiente.
Ponerle crema a los tacos: adornar lo que viene siendo la garnacha.
Romper el hielo/turrón: desbaratar de tajo la frialdad o dureza socio-ambientales.
Se me cuecen las habas: impaciencia por regresar y apagarle a la estufa.
Última cocacola del desierto: sujeto extremadamente soberbio que viene sin destapador